lunes, 20 de agosto de 2012

Arte y juego.


Instrumentos para comprender la violencia. 


El mundo atraviesa una fuerte crisis de valores que se manifiestan en todos los niveles y también, por supuesto, en las escuelas.
Ante lo expuesto, podemos preguntarnos por el origen de la violencia. Puede afirmarse que una gran parte de la violencia que existe en la sociedad tiene su origen en la violencia familiar. Porque a través de ella se adquirieron los primeros modelos, en torno a los cuales se estructuran las relaciones sociales.
La mayoría de los niños encuentran en su hogar condiciones que permiten desarrollar una visión positiva de sí mismos y de los demás, necesidad para aproximarse al mundo con confianza y para afrontar las dificultades en forma positiva,
Sin embargo, cuando los niños están expuestos a la violencia, pueden llegar a ver al mundo como si sólo existiera el papel de agresor y el papel de agredido, percepción que puede llevarlos a legitimar esta violencia. La violencia intra familiar es un fenómeno social tan grave como la falta de salud física y mental  y que incide en la relación alumno- docente  proyectándose lo vivido en el ámbito familiar al plano educacional perjudicando el proceso de aprendizaje.
Son estos chicos, seres que han sufrido o sufren en carne propia el maltrato y que presentan dificultades para expresar lo vivido.
Es por medio del juego o el dibujo que pueden llegar a comunicarse, pues son instrumentos que permiten un sentido de seguridad que no encuentran en la comunicación oral.
En el proceso de creación de un dibujo pueden expresar sentimientos, pensamientos y percepciones; aliviar emociones, trabajar traumas, pérdidas o expresar preocupaciones somáticas.
El juego, por su parte, permite disminuir ansiedades, liberar tensiones y compensar las pérdidas, los dolores y  los fracasos por medio de las fantasías; utilizando los juguetes y los materiales disponibles a manera de símbolos pueden expresar  sentimientos de los cuales no se dan cuenta, transferir culpas a objetos y no a personas, distanciándose de eventos traumáticos.
Es importante tener en cuenta que estamos frente a niños privados de la capacidad de sentirse seguros para expresar en forma creativa, que aprenden a vivir de manera más mecánica privados de placer, que van de un  juguete a otro sin apego o bien reviven el evento traumático una y otra vez, este juego repetitivo y compulsivo le sirve para reducir el estrés. En sus dibujos se observa un uso limitado de colores, sin detalles y con figuras pobremente integradas. La ausencia de contenido, detalles y color puede ser consecuencia de su retraimiento o por estar exhaustos psicológicamente. Otro rasgo significativo de los dibujos de estos niños traumatizados por la violencia es el excesivo sombreado, lo cual indica ansiedad pero también les provee alivio.
Es fundamental mencionar que el adulto que se relaciona con estos niños debe mostrar empatía y comunicar los límites de manera decisiva pero sin mostrarse como un castigador.


1 comentario:

  1. COMO ADULTOS RESPONSABLES DE LA EDUCACIÓN DE NUESTROS NIÑOS TENDRÍAMOS QUE TENER MUY EN CUENTA ESTA PUBLICACIÓN.

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