viernes, 22 de febrero de 2013

Juntos, de la mano.




Los chicos comienzan las clases.






La gran expectativa es puesta en el reencuentro  con los amigos y en descubrir lo desconocido, ya sea nueva escuela, nueva maestra o nuevos compañeros. Un chico con buena socialización no presenta problemas para volver, la reticencia puede ser un indicador de conflictos con algunos compañeros o con los docentes.
Toda adaptación es un encuentro con el otro, e implica una renuncia que genera temor, duda, ansiedad y muchas veces  metabolizarse como miedo, angustia, agresión o tensión. Pero... es en este tipo de adaptación que tenemos el elemento más delicado: el vínculo madre- hijo.  La escuela, institución, se interpone en esta relación, por eso se vive a este período como de renuncia, corte que genera temor a la separación. Son los docentes acompañados por la institución, quienes deben tener en cuenta que se les está abriendo las puertas a un grupo muy sensibilizado que están viviendo un tiempo  delicado en su relación cargado de culpa, abandono. 
Las dificultades que el chico presenta al tener que quedarse solo en la escuela, en especial en el primer grado, se asocia muchas veces a la dificultad de las madres “para dejarlos ir”, tienen la fantasía de que no van a estar bien sin ellas. Es en estos casos cuando la institución actúa como contenedora e informa a los papás de los logros que se van consiguiendo a diario y así disminuye la carga de ansiedad. 
En cambio, en los grados superiores, el malestar es generado por la exigencia o carga horaria. Por eso, también es necesario un período de adaptación, hay instituciones que comienzan sus actividades de forma paulatina, conviene ir despacio para que los chicos no se agoten y así no  asocien el aula con algo negativo.
El primer día es un recuerdo imborrable. Hay padres que quieren reeditar su propia historia y otros buscan que sea completamente distinta. Lo importante es conectarse con los niños, compartir con ellos  y ayudarlos a que construyan su historia, la propia. Si este año no lo viven así, sería bueno tenerlo en cuenta para el próximo.




3 comentarios:

  1. Acompañemos a nuestros hijos no sólo el primer día sino todo el año lectivo, ellos lo necesitan.

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  2. Estamos esperando con mucha ansiedad el primer día, sí estamos por comenzar primer grado. Toda la familia está deseosa de empezar, ja, ja!!!

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  3. Estuvimos acompañando a nuestro hijo en su primer día, no lo vamos a olvidar por años.

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