viernes, 28 de diciembre de 2012

Ma, estoy aburrido ! !


                                         
Este momento que nos toca vivir donde prima la idea de que hay que producir todo el tiempo,  se caracteriza por la sensación de estar constantemente ocupados. El continuo ir y venir de un lado para otro se está constituyendo en el modo de vida más común. Esta forma de vida también afecta a los niños; además de estar ocupados en la escuela, el comedor escolar y el transporte, cada vez es más frecuente que dediquen parte de su tiempo libre a otros aprendizajes extraescolares ( idiomas, deportes, música, artes marciales, etc., etc.)

A menudo estamos tan acostumbrados a hacer siempre lo mismo, que cuando tenemos tiempo libre no sabemos bien en qué emplearlo, lo mismo les ocurre a los chicos. Son chicos sobre-estimulados que se acostumbraron a estar ocupados y  necesitan estímulos cada vez más intensos.

El miedo de los adultos    a que los chicos se aburran hace que les fomenten su hiper-ocupación, organizándole tanto el tiempo escolar como el libre, pero los chicos igual se aburren.

  Es importante cambiar la rutina, utilizar la imaginación, la creatividad y esforzarnos para encontrar otros estímulos. No abrumar a los niños, reducirles y variarles la cantidad de juguetes para que no se dispersen, dedicarles tiempo y disfrutar del juego con ellos. Por eso en los recesos escolares es necesario fomentar en los niños actividades distintas a las que realizan durante el año escolar. Cambiar el tipo de lecturas, realizar más actividades al aire libre, excursiones, paseos, trabajos manuales. Se trata, en definitiva, de aprovechar más los momentos de ocio para vivir junto con los hijos experiencias poco frecuentes, que nos sirvan como forma de comunicación.

En la actualidad, casi parece impensable que alguien veranee sin salir de la ciudad  en la que reside. En esta actitud influye la publicidad de los organismos y empresas de turismo que nos hacen creer que no se puede disfrutar de las vacaciones si no se cambia de lugar, es una especie de huida. Sin embargo, es conveniente tener en cuenta que lo importante no es cambiar de ambiente sino de forma de vida y modificar nuestras relaciones familiares y aprovechar de ese tiempo de ocio  y de descanso.

Ocio, es un término referido al tiempo dedicado al enriquecimiento del espíritu. No es sinónimo de holgazanería, inactividad, sino todo lo contrario; significa actividad lúdica y perfeccionamiento personal e intelectual. Tenemos que estar preparados para saber vivir tranquilamente esos momentos de inactividad sin que suceda como ahora, que parece que estamos obligados a rellenar  de un modo obsesivo las horas del día en que no estamos trabajando. Tenemos que aprenderlo en forma personal, como modelo de vida,  para transmitírselo a los pequeños.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Diciembre, mes de fiestas.



Los negocios nos indican que se acercan las fiestas. Pero por encima de las compras, ésta es una celebración hecha para mostrar cariño y vivir la fantasía. No dejes que con los regalos tus hijos se pierdan el verdadero significado de éstas fechas.
Con la ayuda de nosotros, los adultos, los días serán de ensueño. Lo disfrutaremos viendo la emoción que experimentan y a su vez le estaremos permitiendo vivir y aprender importantes valores.
Ya llegará el día que con tono grave y mirada seria, tu hijo te diga: “ Es verdad que Papá Noel y los Reyes, son los padres? Lo contará con cierto pesar y a vos en ese momento se te formará un nudo en la garganta. Pero  que tu hijo despierte del cuento no significa que ya no tengas nada nuevo que contarle, ahí tenés que actuar, recordando que hay mucho para celebrar.
El compromiso es que el sentimiento especial que antes le producían unos Reyes imaginados o el mismísimo Papá Noel, lo siga teniendo, pero con los reyes de verdad, su familia.
Pídele que te ayude a mantener el secreto frente a los más pequeños. Que colaboré en los preparativos. Compartí actividades con él. Sea cual sea tu creencia religiosa, aprovecha el momento  para hacer de él una persona solidaria, realicen juntos una obra de caridad que le permita compartir con otro. Implementá nuevas tradiciones familiares porque le dan una noción de cual es su sitio además de proporcionarle información sobre qué se espera de él.
Aunque te parezca extraño todo lo que para los adultos es importante no es ni la mitad de especial para los chicos, sólo es fundamental una acción en la que hayan sido protagonistas y a vos te hará muy feliz conseguir que estas fiestas queden como un recuerdo imborrable de lo mucho que lo quiere su familia.

RESEÑA DE LIBROS




PARA ESTE FIN DE SEMANA


lunes, 10 de diciembre de 2012


Proceso de evaluación: Reflexiones.


La llegada de fin de año trae, la oportunidad de realizar balances. Así, el último mes del año representa, el momento de realizar las evaluaciones.

Lejos de concebir la evaluación como una práctica circunscripta al calendario, ante la proximidad del cierre del año escolar, seguramente la intención del docente radica en conocer cuáles son los logros de los alumnos respecto de los objetivos que se han planteado y si están en condiciones de “pasar de año” o de “aprobar materias”. En este sentido, la finalidad de la evaluación es la acreditación, y aquello que el docente evaluará –el objeto de evaluación– son  los resultados de aprendizajes concretos.  A esta evaluación se la denomina sumativa, es la que se realiza al finalizar una etapa determinada del proyecto didáctico de un área o de un curso escolar  y no aspira a introducir modificaciones en la estrategia didáctica.
Es importante no esperar hasta el final para evaluar, si de la evaluación depende un ajuste de la enseñanza que dé a los alumnos oportunidades mejores para aprender. La evaluación formativa es el tipo de evaluación que se desarrolla durante todo el proceso de enseñanza y brinda la información necesaria para tomar decisiones que incidan sobre los resultados, que permitan modificar o reforzar el curso de acción didáctica que el docente ha seguido.
 Por consiguiente, hablar de evaluación formativa supone hablar de evaluación continua. Se trata, por tanto, de que el docente evalúe qué aspectos de los contenidos resultan más difíciles para el alumno, y, de brindarle, al mismo tiempo, oportunidades de revisar los conocimientos que aún no comprendió o que logró comprender en forma parcial.
La evaluación formativa se basa en una concepción de la enseñanza que considera que aprender es un largo proceso a través del cual el alumno va reestructurando su conocimiento a partir de las actividades que lleva a cabo.
La enseñanza que considera el enfoque de la evaluación formativa busca, de manera permanente, explicitar y compartir con los alumnos aquello que se proponen que aprendan generando un clima de confianza y de comprensión de los errores, ofreciendo tiempo para pensar y para resolver sin desdeñar la rigurosidad en los aprendizajes. Incluyen retroalimentaciones a las producciones de los alumnos y propician el desarrollo de autoevaluaciones y evaluaciones de sus pares.

Para recapitular, recordemos que:

La evaluación del aprendizaje está asociada a la evaluación sumatoria, mide lo que los alumnos saben, demuestra si alcanzaron los estándares establecidos y determina una especie de ranking entre ellos. Su propósito es certificar cuánto aprendió cada uno e informar a los padres sobre el desempeño de sus hijos. Los estudiantes obtienen un puntaje o nota promedio como resultado de las diferentes tareas y actividades en cada asignatura.

La evaluación para el aprendizaje está relacionada con la evaluación formativa, ofrece información a los docentes con la intención de que puedan modificar sus prácticas de enseñanza y los aprendizajes de sus estudiantes, al mismo tiempo que brinda retroalimentaciones para que los alumnos mejoren sus procesos de adquisición de conocimientos.

La evaluación se convierte entonces en un campo complejo y controvertido porque sirve para acreditar y emitir juicios de valor como para diagnosticar, retroalimentar, reflexionar, regular y mejorar los aprendizajes.