sábado, 6 de junio de 2015

CAMINO A LA RESILIENCIA


La resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras. Significa "rebotar" de una experiencia difícil, como si uno fuera una bola o un resorte.


Establezca relaciones—Es importante establecer buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas importantes en su vida. Aceptar ayuda y apoyo de personas que lo quieren y escuchan, fortalece la resiliencia. Algunas personas encuentran que estar activo en grupos de la comunidad, organizaciones basadas en la fe, y otros grupos locales les proveen sostén social y les ayudan a tener esperanza. Ayudar a otros que le necesitan también puede ser de beneficio para usted.
Evite ver las crisis como obstáculos insuperables—Usted no puede evitar que ocurran eventos que producen mucha tensión, pero si puede cambiar la manera como los interpreta y reacciona ante ellos. Trate de mirar más allá del presente y piense que en el futuro las cosas mejorarán. Observe si hay alguna forma sutil en que se sienta mejor, mientras se enfrenta a las situaciones difíciles.
Acepte que el cambio es parte de la vida—Es posible que como resultado de una situación adversa no le sea posible alcanzar ciertas metas. Aceptar las circunstancias que no puede cambiar le puede ayudar a enfocarse en las circunstancias que si puede alterar.
Muévase hacia sus metas—Desarrolle algunas metas realistas. Haga algo regularmente que le permita moverse hacia sus metas, aunque le parezca que es un logro pequeño. En vez de enfocarse en tareas que parecen que no puede lograr, pregúntese acerca de las cosas que puede lograr hoy y que le ayudan a caminar en la dirección hacia la cual quiere ir.
Lleve a cabo acciones decisivas—En situaciones adversas, actúe de la mejor manera que pueda. Llevar a cabo acciones decisivas es mejor que ignorar los problemas y las tensiones, y desear que desaparezcan.
Busque oportunidades para descubrirse a sí mismo—Muchas veces como resultado de su lucha contra la adversidad, las personas pueden aprender algo sobre sí mismas y sentir que han crecido de alguna forma a nivel personal. Muchas personas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles, han expresado tener mejoría en el manejo de sus relaciones personales, un incremento en la fuerza personal aun cuando se sienten vulnerables, la sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada y una mayor apreciación de la vida.
Cultive una visión positiva de sí mismo—Desarrollar la confianza en su capacidad para resolver problemas y confiar en sus instintos, ayuda a construir la resiliencia.
Mantenga las cosas en perspectiva—Aun cuando se enfrente a eventos muy dolorosos, trate de considerar la situación que le causa tensión en un contexto más amplio, y mantenga una perspectiva a largo plazo. Evite agrandar el evento fuera de su proporción.
Nunca pierda la esperanza—Una visión optimista le permite esperar que ocurran cosas buenas en su vida. Trate de visualizar lo que quiere en vez de preocuparse por lo que teme.
Cuide de sí mismo—Preste atención a sus necesidades y deseos. Interésese en actividades que disfrute y encuentre relajantes. Ejercítese regularmente. Cuidar de si mismo le ayuda a mantener su mente y cuerpo listos para enfrentarse a situaciones que requieren resiliencia.
Formas adicionales de fortalecer la resiliencia le podrían ser de ayuda. Por ejemplo, algunas personas escriben sobre sus pensamientos y sentimientos más profundos relacionados con la experiencia traumática u otros eventos estresantes en sus vidas. La meditación y las prácticas espirituales ayudan a algunas personas a establecer relaciones y restaurar la esperanza.
La clave es identificar actividades que podrían ayudarle a construir una estrategia personal para desarrollar la resiliencia. Ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta dificultades o angustias. El dolor emocional y la tristeza son comunes en las personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia probablemente está lleno de obstáculos que afectan nuestro estado emocional.
La resiliencia no es una característica que la gente tiene o no tiene. Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona.

Asociación Americana de Psicología




viernes, 5 de junio de 2015

Construyendo resiliencia en los niños.

BLOG "APRENDER, SENTIR YCONVIVIR EN LA ESCUELA"

Resiliencia es la capacidad de reorganizarse, rearmarse o que tiene una persona frente a situaciones adversas, logrando una transformación positiva. ¿Se considera usted una persona resiliente? ¿Cómo ha llegado a esa conclusión acerca de usted mismo?

Acepte las diferencias que existen entre sus alumnos, es el primer paso para enseñarles a aceptarse a sí mismos y aceptar a los demás.
Motive  a los estudiantes a reconocer lo bueno que exista en su entorno.
Recuerde lo importante que es para sus estudiantes establecer una relación  positiva con un adulto  que los  estime incondicionalmente. Ello es fundamental en la construcción de la  resiliencia.
Estimule a los alumnos a reconocer  el valor propio, el del otro y a respetar aquello que es importante para los demás.
Ayude a los estudiantes a encontrar lo positivo dentro de sí mismos.
Estimule a  niños y niñas a expresar sus sentimientos, aún los negativos,  y a creer en ellos y en sus posibilidades de cambiar aquello que los entristece.
Desarrolle actividades para enseñar habilidades para la vida como llevarse bien con los demás, trabajar en grupo, expresar opiniones propias, tomar decisiones o  fijarse metas, por ejemplo.
Brinde afecto y apoyo, esto es central en la construcción de la resiliencia, y formará  personas con una gran seguridad en sí mismas.
Exprese su afecto y estimación tomando en cuenta a todos los alumnos, recordando  sus nombres, escuchando con interés lo que les sucede,  por ejemplo.
Establezca y transmita expectativas elevadas acerca de la capacidad de los estudiantes para aprender a  enfrentar situaciones difíciles.
                                        fuente: educarchile.cl.

Manual de la OPS.-http://resilnet.uiuc.edu/library/resilman/resilman.pdf

En la pagina de la APA (American Phychological Association) encontraras una guia para padres y profesores.... visita....http://www.apa.org/centrodeapoyo/guia.aspx

en la pagina educar chile visiten....http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?&ID=136020&q=resiliencia&site=educarchile

y tambien...

http://www.educarchile.cl/userfiles/P0001/Image/pasion/file/estrategia_docente25.pdf

jueves, 4 de junio de 2015

Diez estrategias para educar a los niños en inteligencia emocional
por Valeria Sabater

Las emociones visten cada aspecto de nuestras vidas y de nuestra cotidianidad. El saber controlarlas, gestionarlas y utilizarlas con la habilidad adecuada, nos permitirá sin duda afrontar nuestro día a día de un modo más eficiente.

Emoción, pensamiento y acción son los tres pilares que hilan cada instante de nuestro ser, de ahí la importancia de ahondar en ese tipo de conocimiento para afrontar determinadas situaciones, para desenvolvernos en nuestra sociedad de un modo eficiente. Entonces ¿no es pues imprescindible que los más pequeños se inicien también en el aprendizaje de la Inteligencia Emocional?

Pensemos por ejemplo en esos niños con una capacidad deficiente para aceptar la frustración e incluso para obedecer una negativa, niños que no respetan a sus iguales y que el día de mañana están condenados a una realidad donde la infelicidad va a ser ese leivmoiv con el que van a tener que vivir, al ser incapaces de comprender a los demás. El conocimiento, comprensión y control de las emociones son básicos para que nuestros hijos se desenvuelvan adecuadamente en sociedad, de ahí que te sugiramos estos principios para que les introdujas en el siempre interesante campo de la Inteligencia Emocional.

1. CONTROLAR SU IRA.
Hasta los 18 meses los niños necesitan básicamente el afecto y el cuidado de sus padres, todo ello les aporta la seguridad suficiente para adaptarse en su medio, para explorar y dominar sus miedos. Pero hemos de tener en cuenta que a partir de los 6 meses van a empezar a desarrollar la rabia, de ahí la importancia de saber canalizar sus reacciones y corregirles cualquier mala acción.

Hay bebés que pueden golpear a sus padres o hermanos, gritar enfurecidos cuando no se les ofrece algo, acciones que a los progenitores les puede hacer gracia, pero recordemos que es importante establecer límites desde que nacen, y sobre todo, el hecho de hablar a los niños continuamente y en cada momento, los niños entienden mucho más de lo que expresan, de ahí la necesidad de razonarles y de controlar esas rabietas o ataques de rabia.

2. RECONOCER EMOCIONES BÁSICAS.
A partir de los dos años es una edad perfecta para iniciar a los niños en el campo del reconocimiento de emociones, es entonces cuando ellos empiezan a interactuar con los adultos y otros niños de modo más abierto, así pues podemos realizar varios ejercicios con ellos, como puede ser introducirlos en las emociones básicas: alegría, tristeza, miedo y rabia. ¿Cómo? Mediante fotografías de rostros, mediante dibujos, preguntándoles cuestiones como: "Qué le pasa a este niño?" "¿Está triste?" "¿Por qué crees tú que está triste?" Es un modo perfecto para que aprendan a reconocer no sólo sus emociones poco a poco, sino también las de los demás, y sobre todo, su empatía.

3. SABER NOMBRAR LAS EMOCIONES.
A partir de los 5 años sería perfecto que los niños supieran ya dar nombre a las emociones de modo habitual: “estoy enfadado porque no me has llevado al parque”, “estoy contento porque mañana nos vamos de excursión”, “tengo miedo de que cierres la luz porque me dejas solo.”

4. SABER AFRONTAR LAS EMOCIONES CON EJEMPLOS.
Es habitual que los niños en ocasiones se vean superados por las emociones, rabietas que les hacen gritar o golpear cosas. Es necesario que nosotros no reforcemos esas situaciones, una vez haya terminado la rabieta podemos enseñarles por ejemplo que antes de gritar o pegar, es mejor expresar en voz alta qué les molesta. Que aprendan a expresar sus sentimientos desde bien pequeños.

5. DESARROLLA SU EMPATÍA.
Para desarrollar una dimensión tan importante como esta, es necesario razonar con ellos continuamente mediante preguntas. "¿Cómo crees que se siente el abuelo tras lo que le has dicho?" "¿Por qué crees que está llorando tu hermana?" "¿Crees que papá está hoy contento?"

6. DESARROLLA SU COMUNICACIÓN.
Hablar con los niños, hacerles preguntas, razonar, jugar, poner ejemplos… es algo imprescindible en su educación. Debemos favorecer contínuamente el que puedan expresarse, poner en voz alta su opinión y sus sentimientos, que aprendan a dialogar.

7. LA IMPORTANCIA DE SABER ESCUCHAR.
Imprescindible. Desde muy pequeños deben saber guardar silencio mientras los demás hablan, pero no sólo eso, debe ser una escucha activa, de ahí que sea recomendable hablarles despacio, frente a frente y terminando las frases con un "¿has entendido?", "¿estás de acuerdo con lo que he dicho?".

8. INICIARLOS EN LAS EMOCIONES SECUNDARIAS.
A partir de los 10 o 11 años van a surgir en sus vidas emociones secundarias que van a cobrar más peso en sus vidas, tales como el amor, la vergüenza, la ansiedad… Siempre es adecuado que una buena comunicación con ellos nos permita hablar de estos temas abiertamente, deben sentirse seguros ante esas nuevas emociones que asaltan su día a día, habrá situaciones que por ejemplo les causen mucha ansiedad, como es por ejemplo un examen, realidades que van a ser constantes en sus vidas y que deben aprender a gestionar.

9. FOMENTAR UN DIÁLOGO DEMOCRÁTICO.
A medida que los niños se van haciendo mayores van a aparecer más demandas por su parte, de ahí que desde bien pequeños les hayamos enseñado la importancia de pactar, de dialogar, de acordar de modo democrático. La familia es un ejemplo de la sociedad y es el mejor campo de aprendizaje.

10. APERTURA A LA EXPRESIÓN DE EMOCIONES.
Es esencial que podamos facilitar a nuestros hijos la confianza apropiada para que pongan en voz alta aquello que les preocupa, que les hace infelices y también felices. El hogar y la escuela van a ser esos primeros escenarios donde se va a desarrollar su vida, si les ofrecemos comodidad para que se puedan expresarse y comunicar, también lo harán a medida que crezcan y en el resto de contextos.

El saber comunicarse y el reconocer emociones propias y ajenas, son sin duda imprescindibles para que vayan madurando poco a poco y alcancen una solvencia adecuada para integrarse en la sociedad y ser felices en ella. Nosotros podemos darles esa oportunidad…